lunes, enero 17, 2011

Darren Aronofsky: Pi, la fé en el caos

"- Me fué otorgado a mí! esta dentro de mí! me está cambiando!!!
- no, te está matando, porque no estás listo para recibirlo"
(Max Cohen y el rabino)

Darren Aronofsky comenzó su carrera cinematográfica a los 29 años y en 1998 con este thriller filmado en blanco y negro, con todas las técnicas que aprovechan el uso de colores radicales y lo más importante: con una historia interesante, a medio camino entre el suspenso más ácido y un thriller de bajo perfil: Pi, retitulado también como Pi, Fé en el Caos.

Como muchos saben, el número Pi dicta la relación entre la circunferencia y su diámetro y su valor (3,141592654...) no ha sido exactamente calculado (dicen que ya tenemos 5x10^12 cifras decimales)  llegando a esfuerzos infrahumanos para seguir conociendo sus propiedades, presente en geometría, comportamientos físicos, astronómicos y eventuales, esta eventualidad desordenada que rige la naturaleza es para nuestro protagonista sólo un escenario más del caos, para eso existe La Teoría del Caos, claro está. Max Cohen es un genio matemático judío que sufre de intensos y terribles dolores de cabeza; su genio matemático le vale para dedicarse al estudio de los patrones en el mundo entre ellos la bolsa de valores, una forma que los humanos dedican su tiempo y su dinero para generar ingresos en base al éxito de terceros y el riesgo económico; a Max le comienzan a perseguir una secta judía interesada en que colabore en la traducción numérica del Torah así como megaempresarios de Wall Street, decididos a que éste señor encuentre el significado de esos patrones; grandes intereses (religiosos y humanos) que nuestro protagonista asume.


Rodada totalmente con $60.000, Darren emplea un uso de recursos de manera creativa; nada espectacular y que se basa - como Following de Christopher Nolan - en el peso del guión sobre la actuación de sus actores, consigue un film muy logrado, que tiene guiños de suspenso y de horror y nos ubica como espectadores de primera fila del matemático atormentado, unas alucinaciones muy fuertes y un ritmo preciso; Darren tiene su oportunidad para declararnos la temática general que le seguirá: el sufrimiento humano por un motivo personal: Max nos causa compasión por todo lo que debe sufrir para asimilar en su cabeza tanta carga, cuál el motivo en su caso? su genio, el exceso de inteligencia que en su caso, le lleva a horribles situaciones, horribles pensamientos y una horrible resolución.


Sin pretenciones, con mucha efectividad y dándose trabajo para sobresalir en el circuito de directores, Darren tendrá una oportunidad para seguir tratando el sufrimiento humano ésta vez de la mano de otro catalizador: la drogadicción, será dos años más adelante.

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