Es el verano de 1963 y Frances (Jennifer Grey) acepta muy de mala gana pasar vacaciones con su familia en los resorts del Hudson Valley, su vida ya parece programada y su futuro parece predestinado: estudiará Economía en la Universidad y será una hija normal de una familia conservadora; todo cambia cuando conoce a un instructor de baile demasiado atractivo y demasiado directo: Johnny Castle (Patrick Swayze) y comienzan una relación basada en la atracción, el baile y el secreto.
Si bien ‘Dirty Dancing’ se ubica en ese grupo de películas ochenteras que mezclan romance, baile y música de época; es cierto también que no envejece muy bien. Muchas de sus virtudes se pierden cuando se la vuelve a ver y si la primera vez sorprende su dirección de arte y su escenografía luego salen más a la vista sus grandes defectos: el guión lineal, previsible, poco cuestionador de una etapa clave en la juventud americana, casi parece hecha para un sólo propósito: demostrar que los americanos podían ser rebeldes antes de que escuchen a los Beatles pero a escondidas de sus padres.
Su poderoso soundtrack contaba con la reedición de los Five Satins y su ‘In the still of the night’, Eric Carmen colocaba su poderosa ‘Hungry eyes’ y Patrick Swayze cantaba su megaéxito ‘She’s like the wind’; para que no tenga críticas relacionadas a colocar canciones ochenteras sobre un film sesentero teníamos canciones de inicios de los 60s con artistas de la talla de Maurice Williams, The Ronettes, The Four Seasons y The Shireless; y también estaba esta gran canción, clásico de clásicos: ‘(I’ve had) the time of life’ con un Bill Medley sacado de la heladera colaborado con la ya ganadora del Oscar Jennifer Warnes. Esta canción que sale en los créditos le ganaba la categoría a un Bob Seger muy pop con ‘Shakedown’ por el film ‘Beverly Hills Cop II’ y a Starship con ‘Nothing’s gonna stop us now’ por la película ‘Mannequin’. A disfrutar!
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