sábado, marzo 26, 2011

‘Operación Dragón’; la obra póstuma de Bruce Lee

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Caballeros, bienvenidos. Ustedes honran nuestra isla. Vamos a encarar un torneo de verdaderas proporciones épicas. Somos únicos, caballeros, en lo que nosotros mismos hemos creado… a lo largo de muchos años de riguroso entrenamiento, sacrificio, negación y dolor. Nosotros forjamos nuestros cuerpos en el fuego de nuestro destino. Pero esta noche caballeros, celebremos!”
(Han)

 

Bruce Lee, el principio y el fin del cine clásico de las artes marciales y un artista visionario de su profesión: la actuación con esfuerzo real del uso de las artes marciales en películas a nivel mundial, su vida y su obra así como su legado en más de 15 años de trabajo denodado y sacrificado son una celebración muy triste de la cultura oriental, de la filosofía del kung fu, del cine de acción.

Para el proyecto de ‘Enter The Dragon’ (1973) la Warner Bros realizó el proyecto en conjunción con el distrito autónomo de Hong Kong, Bruce ya comenzaba su etapa china en su filmografía personal y afrontaba su estadía con la presión de la familia reubicada y su ingreso al sistema de estrellas del cine asiático; tenían el proyecto infalible, un director osado (aunque poco innovador) como Robert Clouse se ponía tras las cámaras y amigos como John Saxon y Jim Kelly viajaban a las locaciones para la aventura de la filmación, además de la música de Lalo Schifrin y un presupuesto de $850.000. Fracaso no era una opción y ciertamente no lo fué.

 

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Han (un correcto Shih Kien) ha sido un estudiante Shaolin que contrario al respeto de su educación se dedica a la corrupción mundial, opio, mujeres, drogas, laboratorios, lavado de dinero y mafia; todo oculto tras este patrocinador famoso de un torneo sangriento de artes marciales, tras él se encuentra Lee (Bruce Lee) un estudiante Shaolin que dispone su espíritu para ir tras Han. Al igual que los servicios secretos norteamericanos y todos aquellos que desean intervención para detenerle. Se infiltran pero las circunstancias les obliga a convivir con el engaño, sobrevivir al torneo y afrontar terribles luchas.

 

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Una especie de ‘007: El Satánico Dr. No’ adecuado al cine de luchas orientales, la presencia de las coreografía de Lee saca lo mejor de sus originales puestas en escena: las peleas por el torneo y sus peleas contra los guardias y esbirros de Han son un calentamiento previo que nos conduce al enfrentamiento final con el malvado de la película. Asimismo las peleas en general fueron planificadas con el estilo de aquellos años, en el trascurso del tiempo transcurrido no renegamos de esas imperfecciones y sobreactuaciones, seguimos con la impresión de estar frente a un clásico sin tiempo!. Aprovechada al milímetro y recordada también por la cruenta batalla final: utilizando como escenario los espejos seremos observadores de una metáfora sobre la búsqueda de la justicia a toda costa, con todas las miradas y con todas las dudas de uno mismo, una escena que según la biografía de Lee (realizada por su esposa) fué accidentada por un problema técnico que atemorizó a Bruce a niveles críticos.

Lee no vería el lanzamiento comercial de ‘Operación Dragón’, fué su película póstuma y la que definitivamente le estableció como un ícono del cine mundial en ambos lados del planeta. El 20 de julio a los 32 años y por motivos de salud (dicen) fallece, dejando sus otros trabajos sin terminar y comenzando la andanza de su leyenda, además de un legado que se ha extendido por más de 40 años.

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