lunes, abril 11, 2011

Maestros y discípulos: ‘Con ganas de triunfar’ de Ramon Menendez

 
 
 
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 -Pueden existir novias negativas?
- No, sólo novios negativos. Perdónalos señor, porque no saben lo que hacen”.
 

Continuaremos el ciclo con ‘Stand and Deliver’ (1988), la película de Ramón Menendez que al finalizar la década de los 80s y abriendo los 90s formaba parte de una serie muy extraña pero interesante de películas sobre latinos y descendientes de latinos en los Estados Unidos, y más específicamente en Los Angeles. Coincidencia o no, el film forma parte de un tríptico clásico de películas de época que tuvieron un gran éxito dentro y fuera de la comunidad hispanoparlante en el país del norte obteniendo mucha repercusión internacional: estamos hablando de ‘La Bamba’ de Luis Valdez (1987), ‘Sangre por sangre’ de Taylor Hackford (1993) y la que nos ocupa en esta entrega.

Traducida como ‘Lecciones inolvidables’ para el mercado hispano y ‘Con ganas de triunfar’ para el mercado latinoamericano, el film narra las vivencias personales y académicas del profesor Jaime Escalante, un maestro boliviano de matemáticas radicado en East L.A. y que en 1982 se impone el reto de enseñar Cálculo en la preparatoria Garfield. Su carisma y más que nada su pasión pedagógica por la superación intelectual de la raza latina son los principales motores de su trabajo y se encuentra con un grupo de jóvenes de distintos orígenes y de diversa naturaleza que atascados por la rutina de cumplir con la prepa no vislumbran un mejor futuro, futuro que puede ser mejor si se preparan mejor en su educación.

El primer reto del profesor Escalante es insertar el interés por la enseñanza de las matemáticas en los desconfiados estudiantes y en la misma administración académica de la escuela (donde por cierto, no se tienen confianza ni los mismos docentes en poder subir de nivel). Tras este magno esfuerzo el maestro Escalante realiza -aún a costa de su salud y su familia- la labor de enseñar matemáticas de un mayor nivel para los exámenes AP del distrito. Camino arduo y lleno de complicaciones que incluso desbordan las paredes del aula y trascienden a las familias de los estudiantes y del mismo profesor.

 

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Convendremos en darle méritos a esta producción por el despliegue profesional del actor Edward James Olmos quien se pone en la piel de una figura biográfica y que acompañó al propio Escalante para delinear mejor la personalidad de su personaje. A James ya le habíamos rastreado en un papel corto pero con diálogos imponentes en ‘Blade Runner’ y luego le recordaríamos como el padre de Selena Quintanilla en ‘Selena’. Si bien su versión de Escalante es un cliché norteamericano de un profesor latino de preparatoria muy cool no es menos cierto que en el primer visionado del film todos simpatizamos con este maestro entregado y terco a su clase. Junto con él y como satélites contábamos con jóvenes promesas del cine americano como Lou Diamond Philips y Andy García quienes ejercitan papeles correctos igual de clichés pero aguardando con su mensaje positivo el desenlace del film. El americano promedio pensaba que todos los latinos se comportaban así, lástima, que ese estereotipo haya durado mucho tiempo.

Tristemente no sabríamos más sobre su director: Ramon Menendez, quien realiza un excelente trabajo de edición y montaje elevando un film que bien podría haber ido directo a la televisión, de hecho, Ramón ya no tendría más éxitos en el mainstream y haría unos films más para la tv. Todo lo contrario de Edward James Olmos quien fué nominado al Oscar a mejor actuación masculina en 1989 compitiendo con reconocidos como Tom Hanks por ‘Big’, Gene Hackman por ‘Mississipi en llamas’ y el ganador Dustin Hoffman por ‘Rain Man’. El film aquí en Bolivia es un clásico en todos los sentidos, después de todo esperaremos mucho de aquí en adelante para que un biopic inspirado en alguno de nuestros compatriotas vuelva a ser nominado al Oscar.

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