viernes, marzo 02, 2012

La saga Millennium: ‘La reina en el palacio de las corrientes de aire’

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No hubieras entendido que tocarte, pudiera ser parte del tratamiento”

 

La última vez que vimos a nuestra heroína estaba siendo masacrada ni más ni menos que por su propia familia, un padre cruel e inhumano y un hermanastro incapaz de sentir dolor. Lizbeth sobrevive de milagro y en una escalada de violencia va tras sus torturadores, ella queda atrapada al final y siendo recluída primero al hospital para luego afrontar un juicio que sus enemigos ya le tienen preparado. Mientras su padre enfrenta casi la misma situación, hospitalizado y a merced del grupo de poderosos corruptos que desean callarle, el rubio se las arreglará para sobrevivir y esperar el confrontamiento con Lizbeth.

Todas las formas de la violencia a la mujer

Hay una suerte de nostalgia en esta tercera parte de la trilogía millenium, y hay que darle mérito a todo el equipo de producción que hizo lo mejor que pudo basándose en un guión ya de por sí difícil. Porque hay que reconocer algo, si bien no me leí ninguna de las novelas (no me interesan ya que pienso que cada película debe ser autónoma y auto sostenible) se intuye que la mayor carga de este drama es la recuperación física de Lizbeth, la ayuda de parte de Mikael y su hermana y su enfrentamiento con sus enemigos que la desean recluir nuevamente en el lugar donde estuvo encerrada en sus años más difíciles.  Existe un desafío grande en esta nueva prueba que le prepara el destino a esa alma atormentada que es nuestra chica, y es que Salander ya ha visto lo que es capaz el hombre (el varón) en cuanto a la violencia física, cuando investigaba la desaparición de Harriett en ‘Los hombres que no amaban a las mujeres’. Ha visto y sentido el horror de la violencia familiar -yo diría odio familiar - tras enfrentar a su pasado en ‘La chica que soñaba con cerillos y un bidón de gasolina’. Ahora deberá enfrentar esa forma de violencia silenciosa, oscura y moderna, creada por los sistemas machistas en todos los países para apoyar a hombres inmorales y sin utilidad en la sociedad: la violencia legal. No debe haber justicia.

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Claro que Larsson y su historia debía tener una forma contestataria en la persona de la hermana de Mikael, abogada y comprometida con la causa que significa apoyar a Lizbeth. Annika personifica a la profesional correcta, humana, amiga y asesora de un juicio injusto impuesto por enemigos visibles e invisibles, a quienes siempre les afectará su naturaleza retorcida, existen debilidades incluso en los más perversos.

Filmada con toda la belleza de Suecia, los planos y la fotografía presentados tienen una preciosa definición, las salas de hospital y las salas de los juzgados tienen oscuridades reales y tenues que sirven para no entorpecer la presencia de Salander en ningún caso. Empero, se hecha de menos un director con mayor firmeza, mayor manejo de actores. Daniel Alfredson en este sentido se nota más limitado que su hermano menor, consecuencia de ello es que tenemos una estética cercana a una serie televisiva, menor exigencia actoral, ligera y muchas visión ingenua de hombres muy malos pero torpes, con una edición demasiado extensa e innecesaria, eso explica la caída del ritmo y que la diferencia narrativa sea pronunciada.

Hemos llegado amigos al final de este miniespecial, se rumorea que Stieg Larsson planificó una cuarta novela sobre nuestra chica con el dragón tatuado pero murió, no pudo ver cómo su obra (más allá de saber si es buena o mala, no las leí) se convertía en la novela moderna y la saga literaria adulta más famosa de los últimos años. Los europeos aprovecharon su fama y la acrecentaron con estas tres películas y que en estido sentido cinematográfico fueron decayendo en ritmo, suspenso y calidad. Talvez otro guión adaptado, tal vez otro director con mayores luces y talvez otro enfoque al problema legal que tanto daña a nuestras sociedades.

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Pero seguiremos hablando de Lizbeth, Larsson y su adaptación norteamericana, cómo no, de la mano del maestro David Fincher.

La Saga Millennium: ‘La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina’
La Saga Millennium: ‘Los Hombres que no amaban a las mujeres’

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