jueves, diciembre 29, 2011

‘Missión Imposible II’: mayor exageración sí era posible

 
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No vas a disparar Sean!. No a ésta ‘perra’, porque ahora vale 37 millones de libras!!”.
- Nyah (Thandie Newton).

 

Para el año 2000 la noticia era la segunda parte del agente Ethan Hunt, nuevamente bajo la producción de Tom Cruise y Paula Wagner pero esta vez con una estrategia comercial acorde con los tiempos que se estaban viviendo. los inicios del nuevo milenio. Pero Tom Cruise seguía con sus aires de omnipotente y su orgullo le exigía cambiar radicalmente al personaje perseguido y calculador de la primera parte; se exigía un cambio radical, de mayor brillo y de mayor espectacularidad y vaya cómo lo consiguió.

Para semejante cambio y semejante alcance se necesitaba un director de acción. Y ése director era John Woo, el oriundo de Hong Kong tenía una vida curtida en el cine de acción de su país y su llegada al occidente estaba consolidada gracias a hits del género como la interesante ‘Código Flecha rota’ (1996) y la imprescindible ‘Contra Cara’ (1997), tenía un estilo que no era nada del otro mundo pero se basaba en el montaje fastuoso de escenas de acción con el abuso de la cámara lenta en situaciones extremas y con música de suspenso en alta tensión, fuera de eso también se le reconocía unas fotografías bien cuidadas y una buena dirección de actores. A pesar de su edad (tenía 55 en ese momento) era considerado un director moderno y firmó para dirigir a Cruise en MI2. No sólo eso! no pudo imponer toda su visión creativa y su patrón le exigió no preocuparse, porque él haría todas las escenas de acción.

 

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El guión era simple a más no poder y que casi se asemeja a un sobrante de cualquier film de James Bond: una compañía biofarmacéutica crea una enfermedad devastadora y su propia cura, entonces el científico que ha trabajado en este proyecto es engañado y el agente Sean Ambrose del MIF intenta robarlos para tener a su control tanto el virus como su antídoto. Como Sean era el reemplazo de Hunt en muchas misiones era obvio que Ethan ingrese a solucionar este conflicto y no sólo eso, para armar su equipo se le exige recrutar a Nyah (una preciosa Thandie Newton), anterior novia de Sean para lograr el mayor acercamiento posible. Créanme, un triángulo amoroso de cuyo desarrollo depende el mundo entero.

En lo personal me gustó ver un cambio en el comportamiento de Ethan, emocionalmente más involucrado y sentimentalmente preocupado por la situación de Nyah, quien a su vez me parece un personaje bien concebido y que Thandie Newton le da una sensualidad y carisma casi automáticos, muchos no lo vieron así, pena por ellos. De principio veremos la ambición del traidor Sean Ambrose (un sobreactuado Dougray Scott), las habilidades femeninas de Nyah y el histrionismo – vuelvo a repetir, exagerado - de Tom; el regreso de Ving Rhames y la fugaz aparición de Anthony Hopkins completaron el cast.

El guión volvía a ser obra de Robert Towne, un habitual de Cruise que ya había trabajado en films como ‘Días de trueno’ y ‘La Firma’. Esta historia –para el agrado de Tom – exigía un lucimiento exagerado del personaje principal y la manera de reintroducir al personaje: haciendo montañismo libre, no sólo conseguía enganchar desde el principio, elevaba demasiado las expectativas. Pero un film como este necesitaba buenas locaciones y en efecto sí lo fueronfueron España y Australia además de buenos secundarios, todos ellos cumpliendo las reglas del director y éste sirviendo a la visión de su contratante.

 

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Técnicamente inobjetable, una fotografía y una edición de sonido dignos de una producción de 125 millones de dólares de presupuesto. La música de Hans Zimmer correctísima y una banda sonora que incluía a Limp Bizkit y Lisa Gerrard completaron este paquete comercial que arrasó en el mundo. Todo se saldó con un ingreso de 546 millones pero los más críticos y muchos fans la consideraron un retroceso con respecto a su antecesora debido – con justificación -  a unos diálogos bajos, una ostentosa artificialidad y una notable ausencia de la esencia de esta saga: las misiones de engaño, misiones ‘imposibles’. Aunque me pareció injusta el film obtuvo dos nominaciones a los razzies.

Pero Tom Cruise era inmune a todo ello y nosotros sabíamos que tarde o temprano tendríamos secuela.

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