domingo, diciembre 11, 2011

‘Happy Feet 2’: más infantil y menos musical

 
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Cada paso cuenta”.
 

5 años han pasado desde que tuvimos esa desgarradora e impactante primera película de animación sobre pinguinos llamada ‘Happy Feet’, un film atípico, demasiado dramático en sus alcances gracias a un maestro en dirigir historias de soledad y búsqueda interior como es George Miller quien repite en esta ocasión y que también tenía una fuerza musical y una puesta en escena visual muy potentes, se llevó el Oscar a la Mejor película animada en los Premios Oscar de ese año ganándole de manera sorpresiva a la favorita ‘Cars’ de Pixar.

Ya no hablemos de talento, hablemos de identidad

Mumble y Gloria son ahora los líderes del territorio pinguino Emperador, la cantante y el bailarín reemplazan al padre y la madre de Mumble como los estandartes de sus compatriotas. Erik, hijo de ambos, comienza su rutina infantil inicial pero no demuestra talento musical alguno de forma que cae deprimido a corta edad. Tras seguir a Ramón a la otra nación pinguina descubre que todos ellos se sienten fascinados por Sven, un ave que se hace pasar por pinguino volando y contando su experiencia con los humanos. Es justamente la capacidad de volar y la experiencia de Sven que influyen en Erik más que su propio padre, algo que seguramente no debe ser del agrado de alguien que intenta criar a su hijo. Mientras tanto dos pequeños krills (algo como pulgas en forma de calamares, disculpen mi ignorancia) de nombres Bill y Will se separan de su numeroso grupo, Will sueña con otra identidad y otra vida más allá de la rutina de existencia en los millones y millones de krills de su bancada mientras que Bill sólo le presta amistad y compañía, dos diminutos bichitos que tendrán a lo largo del film su propia aventura.

Y como la tierra va cambiando sucede una tragedia: se desprende un gran témpano y los pinguinos del territorio Emperador quedan atrapados de forma completa, Mumble retorna con los niños aventureros de la nación de Ramón y encuentran a su pueblo en problemas, mientras trabajan todas las formas de proveerles de comida y de esperanza muchos otros asistirán a colaborarles, la otra nación pinguina lo intenta, los humanos expedicionarios lo intentan pero el tiempo se les va acabando y el hambre y la locura hacen carta de presentación.

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Pues miren que tenemos una historia interesante e incluso se puede decir que el nivel técnico presentado no tiene fisuras: ahí están los pinguinitos que ya conocíamos, así de tiernos y así de conflictivos, con sus cosas buenas y malas y son una extensión de esa primera parte. Pero falta algo, algo que baja su puntuación global lejos de la sorpresa que supuso ‘Happy Feet’ y creo que esa ausencia radica en haber debilitado dos grandes fortalezas de la anterior película: los números musicales y la puesta dramática, existen ambos es esta secuela pero no superan lo anteriormente visto. Las canciones prometían (con ese inicio con LL Cool J y Justin Timberlake) y el drama podía presentarse con la trampa mortal a la que es sometido el pueblo Emperador, pero el guión no explota todas las ideas, los diálogos bajan de tono, se nota que desean ser amplios en audiencia y en ese sentido parece ser más infantil, todo un tiro en la culata.

Los bichitos que salvan el show

Ahora, si las cosas no me fallan encontré mucho entretenimiento y mucha coherencia con la aventura paralela de Will y de Bill, dos pequeñas criaturas buscando una vida más grande e inimaginable que el diseño natural que se les dió a los de su especie, me gustó esa humilde historia y me agradó la conexión con la historia principal, no salen lo suficiente y el doblaje latino que se vió en el cine no les hace justicia, dicen que Brad Pitt y Matt Damon están muy bien en la versión original (me compraré el DVD por nada más) aunque faltará la voz original de Gloria, me entristece pero es justo recordar lo bien que estaba la primera parte con Brittany Murphy, qepd.

Happy Feet Two

No es el éxito que sus productores esperaban y queda muy abajo en calidad musical de su antecesora, talvez la versión de los pinguinos y elefantes marinos de ‘Under Pressure’ de Queen y David Bowie se me pueda quedar en la memoria; más que suficiente, con eso supera lo decepcionante que fué –en lo personal – asistir al visionado de ‘Cars 2’, hasta ahora la mas floja en su categoría en este año.

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