jueves, diciembre 15, 2011

‘Misión Imposible’: la reinvención del cine de agentes

 
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Luz roja!… luz verde!!!”.
 

Como estamos a punto, a tan sólo días de la llegada de la cuarta parte de la saga más esperada por los fans de Brad Bird, y luego por los fans de la serie y del concepto llamado ‘Misión Imposible’ seguido por los fans de Tom Cruise–los que quedan tras botar la mitad de su reputación en el show de Oprah– , es que nos vemos en la obligación moral y personal de reseñar las películas que hizo este interesante actor, con sus luces y con sus sombras, como todo.

Modernizando las misiones imposibles

Primero hay que comenzar con un dúo, conformado por Tom Cruise y Paula Wagner quienes adquirieron los derechos de la serie televisiva para que Tom fungiera como productor y contrate según sus gustos particulares a toda una industria a medio camino entre los profesionales clásicos (amantes de la serie) y profesionales modernos (de mediados de los 90s y donde algo llamado Internet debía nombrarse). Ésta es la verdadera figura de Cruise: el empresario con un gran olfato comercial, y de paso corriendo varios riesgos que amenazaban la idea de hacer una película sobre la mítica serie norteamericana y mundial. Vamos, hay que admitirlo, esta su visión del concepto dividió a medio mundo, sirvió para que nuevas generaciones se enteren de lo que iba la IMF y para que otro tanto la detestara por tocar a uno de los íconos del show.

 

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Puede que no recuerden los más jóvenes pero cabe rememorar que Cruise era amo y señor de Hollywood a principios de los 90s, tal era su poder que sus límites de actor los ponía él mismo, no sabíamos que estaba en la Cienciología pero sabíamos que se sabía una superestrella en toda la extensión de la palabra. En 1993 había presentado la endeble ‘The Firm’ pero el 94 sorprendía con su impresionante Lestat en ‘Entrevista con el Vampiro’; cuando se supo que iba a producir y supervisar su nueva adquisición y que éstos eran  nada más y nada menos que los derechos de MI todo Hollywood encendió el hype, se elevó al expectativa y se esperaron todas las noticias posibles. Puede que la parte más difícil fuera encarar el guión complejo y antihistórico de Robert Towne pero Tom es Tom y se dió modos para traer un maestro en conflictos de poder y ambición: la elección de Brian de Palma (que había rodado la tremebunda ‘Carlito’s Way’ con Al Pacino antes de aceptar este encargo) sin duda fue todo un acierto. Súmenle a ello 80 millones de presupuesto y vean cómo el riesgo es asumido como azúcar en café caliente.

Tom es el agente Ethan Hunt, miembro de la IMF y Jon Voight es Jim, el cerebral líder del equipo de Ethan; el robo de una lista ficticia con los nombres de los agentes de Europa oriental es supuestamente el motivo para la acción del equipo para capturar al soplón dentro de la CIA. La ejecución del plan conlleva una traición y el equipo de Hunt es asesinado quedando solamente con la compañía de la esposa de Jim (una bellísima Emmanuelle Béart) mientras son perseguidos como los sospechosos de la trampa que se las ha tendido. Ethan deberá aliarse con el enemigo, rearmar un equipo nuevo, viajar por Virginia, Londres y París, encontrar al traidor y arreglar este problemón antes que la CIA le capture.

 

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Jim es el traidor!!!

Polémico fué – lo recuerdo como si fuera ayer – las primeras impresiones del film. Fué un exitazo total debido en gran medida a la presencia de Cruise y esas escenas diseñadas para quedarse en la historia del cine de agentes secretos: como el mítico robo contra la gravedad en Langley ó la peligrosa incursión en el tren transcontinental. Queda en la retina y en la memoria la memorable banda sonora (la original de Lalo Schiffrin y la nueva de Adam Clayton y Larry Mullen de U2), así como la sensación de un buen nivel técnico: fotografía, montaje, sonido y unos efectos especiales cuidados a más no poder aunque es justo decirlo, con fallas al final (manejando un elemento siempre difícil como el helicóptero dentro de un túnel). Pero se ve la mano de un director experimentado, que si bien no explota todas las novedades que podían arriesgarse sí logra sostener el film sólo con Cruise (como debió ser su intención) y no tiene el más mínimo temor de presentarnos como villano a un Jim corrupto, hastiado y enojado con sus patrones; los actores están pues, demasiado correctos.

Vuelvo a mencionar que estamos en 1996 y tras el debut millones de espectadores quedaron satisfechos así como una buena porción de la crítica, empero los puntos oscuros sobre ‘Mission Imposible’ a través del tiempo son muy evidentes: Cruise hace de Ethan un muñeco mecánico inteligente pero sediento de venganza, la maldad de Jim no se justifica de manera completa y el guión es tan lineal y rápido que no se detiene en profundizar en los personajes (ó en el agente Hunt) de manera que podamos sentir más allá del cine de suspenso y entretenimiento que nos venden.

Digo, que nos vendieron y que dos películas después seguimos comprando.

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