“ Vine aquí a entrenar a jugadores de básket y ustedes se convirtieron en estudiantes. Vine a enseñar a muchachos y se convirtieron en hombres”.-Entrenador Carter
En este miniciclo de películas con trasfondo en la relación entre maestros y sus discípulos llegó el momento de comentar un film del ámbito deportivo. ‘Coach Carter’ es de reciente data: 2005 y fué dirigida por Thomas Carter y fué basada en la historia real de Ken Ray Carter, a pesar de lo que pueda aparentarse ninguno de los Carter está emparentado, jeje.
Samuel L. Jackson encarna a un entrenador de basketball que acepta el cargo de coach de baloncesto para la Richmond High School; acepta motivado entre varias cosas en la nostalgia y responsabilidad de devolverle prestigio a su preparatoria. En cuanto arriba se le presenta un diagnóstico lamentable: la juventud está dividida, los chicos no son responsables frente a los estudios y desperdician su talento en actividades peligrosas. Conciente del difícil entorno en que asume su cargo el coach no se deja intimidar y prepara una estrategia tras otra para sus dirigidos.
Entonces Carter se enfrenta de manera directa con los conflictivos adolescentes. Gracias a una poderosa personalidad que le sirve para emanar mucha autoridad, consigue que los estudiantes adapten (con muchas dificultades) ciertas reglas de protocolo más allá del deporte; por ejemplo: ir bien trajeados a las canchas de los partidos. Su grupo no es sencillo, existen muchachos con grandes capacidades pero con mucha inclinación a los problemas, padres jóvenes, drogas, delincuencia y rebeldía. Carter ya conoce todo esto debido a su juventud en Richmond y arriesgadamente utiliza una estrategia basada en la disciplina; le resulta todo un éxito pero luego deberá afrontar las consecuencias del entrenamiento: los pocos padres se enojan, los muchachos no pueden lidiar con su eventual fama, es pues pura adolescencia!
Técnicamente lograda, su elevado presupuesto (casi 30 millones de $) desconcierta por la apariencia de telefilm clase B, suponemos que buena parte del financiamiento fué para el salario de Samuel L.Jackson que para regocijo, interpreta a un personaje interesante y no sobreactúa en la nota (como muchas veces nos tiene acostumbrado). Los sonidos, planos y música de prepa están presentes y son adecuados pero dejan ese sabor a cliché (película de basket con negros? sí, ya han inventado la pólvora) que se ve ratificada con un guión lineal. La historia no desmerece la enseñanza de un deporte y de un estilo de estudiante que Carter transmite a los jóvenes pero tampoco debe distraer en su producción: no todas las preparatorias del mundo depositan sus sueños y direccionan a sus jóvenes por sus clubes de básket; excusa para esta película pero que se da con pocas probabilidades en el mundo real.
El especial de Maestros y Discípulos en el blog de Alxdangelo:
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