domingo, abril 15, 2012

‘Poder sin límites’; juventud divino tesoro

 
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Estuve leyendo un poco, saben? de cosas como, la evolución y la selección natural y de cómo estas cosas nos afectan, verdad? Pues hay algo llamado depredador alfa, si? y básicamente se dice que es el animal más fuerte en el ecosistema. Y los seres humanos fuimos considerados como los depredadores pero no porque los animales más pequeños no podían atacarnos para defenderse sino porque nosotros tuvimos armas y todo eso, cierto? Un león no siente culpa cuando caza a una gacela, verdad? Tú no sientes culpa al aplastar una mosca… y eso significa algo. Pienso que de verdad significa algo.”
- Andrew.

 

El riesgo, oscuridad entre el fracaso y la gloria. Debo hablar de ‘Tiburón’ (1975) y el caso de un estudio que arriesgaba realizar un film polémico y difícil dándole la dirección a un muchacho de 28 años, el estudio era Universal y el muchacho era Steven Spielberg. Hasta ahora se dice que es el mejor debut cinematográfico mundial para un joven cineasta firmando un notable récord; todos sabemos que pasó con ‘Tiburón’ y con la carrera espectacular, magnífica y también irregular (hay que decir las cosas como son) de Spielberg. Tuvieron que pasar 37 años para ser testigos del rompimiento de ese récord, ‘Chronicle’ (‘Poder sin límites’) lo ha conseguido con sólo 15 millones de presupuesto: fué el estreno No. 1 en USA del director más joven en conseguirlo.

No conocíamos a Josh Trank pero su currículum da miedo! Nacido en 1984 en Los Angeles. Ya logró dirigir una serie para la TV que se conoce como ‘The Kill Point’ a sus 24 años. Al parecer recibió buenas críticas y en cuanto pudo se alió con el hijo de John Landis (ése que hacía comedias y videos de Michael Jackson en los 80s), Max Landis, un guionista en este momento, sólo tiene 26 años y por lo visto ya le están persiguiendo los grandes estudios. La 20th Century Fox los reunió a ambos en una fórmula demasiado sencilla y demasiado popular que ni siquiera es del todo original: tres muchachos de los suburbios de Seattle adquieren superpoderes que les permite mover objetos y volar; pero son tan jóvenes que sus propios problemas personales se extrapolan hasta niveles complicados, realmente complicados.

 

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‘Akira’ en carne y hueso, versión 1.0

Andrew es un adolescente que sufre de bully y es poco popular, sufre con una madre enferma y un padre ebrio; cuenta con la compañía de su primo Matt, carismático y más maduro de lo que aparenta. Una noche tras una fiesta se reunen con Steve (ultra popular muchacho con un futuro promisorio) y comienzan a investigar un extraño objeto enterrado. Debido al contacto adquieren poderes que van descubriendo en forma progresiva: invencibilidad, telekinesis y vuelo. Pero son unos muchachos con los problemas de esta difícil etapa: Andrew es frágil de corazón y con mucho rencor contenido, comienza a mezclar sus nuevos dones con sus terribles preocupaciones; la amistad y las preocupaciones de Matt y Steve no le bastarán y comenzará su descenso a los infiernos, donde llegado el momento y atormentado por su tragedia familiar, desatará la locura de sus poderes.

Sí, Max nos ha reescrito una versión americana de ‘Akira’; esa cumbre de la animación mundial de Katsuhiro Otomo y del cual tanto él como Josh son grandes admiradores. Andrew tiene un parecido con Tetsuo y su relación fraternal con Matt recuerde al de éste con Kaneda. No diré que parece una historia similar porque no lo es, pero su desenlace se inspira en ‘Akira’, en lo emocional y en lo estético. Aquí hay mucho homenaje y de paso buen homenaje.

 

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La técnica cinematográfica adecuada

Se dice mucho sobre el uso del found footage como estrategia y táctica visual para muchas películas que puedan o no merecerlo, yo opino que dependiendo de la historia y su grado de impacto se pueden dar resultados interesantes. Pero los últimos años se han producido tantos films que se puede decir que han exagerado en su utilización. Puede llegar a causar esa sensación de involucramiento más que ninguna otra técnica y de varias formas: el terror en ‘El proyecto de la bruja Blair’; el cutrerío en ‘Cannibal Holocaust’; la inmadurez en ‘Project X’; el suspenso en ‘Actividad Paranormal’; el horror en ‘REC’ y ‘Quarantine’; la acción en ‘Monstruoso’, la lista es larga y llena de cosas buenas y también de mucha basura (‘The ritual’; ‘El último exorcismo’; ‘The devil inside’, etc.)

Pero esto nos lleva a una pregunta crucial y demasiado importante: ¿porqué hemos tardado para producir al fin una película como ‘Chronicle’ en este subgénero? Cada año los grandes estudios invierten millones de dólares en grandes producciones con efectos especiales y de veras que a veces no logran impactar como quieren. Creo que la respuesta debe ir por otra lado, talvez ahora y con esta tecnología reciente que tenemos (los humanos) al fin logramos ver hombres que vuelan o que mueven cosas sin pensar todo el momento que hay actores manejados con rieles con pantallas verdes detrás de ellos. Éste es el mérito técnico de esta película: creemos que es posible porque su estrategia es simple: puras cámaras accidentales: cámaras de filmación y también de celulares, claro y sencillamente contundente con una artesanía y una planificación soberbios que apoyan la triste historia que estamos presenciando.

Que si al final no logra mantener su coherencia con las cámaras y que la duración del film sea muy corta son opiniones que se dicen por ahí. Empero no dañan esta propuesta juvenil, de cine sobre adolescentes y sus extremas medidas, película dura y notable como ésta se agradecerán en el futuro, se los lo aseguro.

 

Trailer de ‘Chronicle’.

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