viernes, noviembre 25, 2011

Brad Bird: el joven animador de Disney

 

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Como el especial de la mayoría de nuestros invitados, estos talentosos directores no comenzaron en el negocio siendo pues directores. Comentamos la carrera de muchos nombres importantes y por ejemplo citamos que David Fincher comenzó como colaborador técnico en la ILM de George Lucas; que Satoshi Kon dibujaba mangas y era el brazo derecho de su mentor Katsuhiro Otomo. Son personas valiosas que han ido construyendo su talento desde abajo, peldaño a peldaño, aprendiendo y equivocándose, como la vida misma.

Brad dice que tenía 11 años cuando conoció la Walt Disney Studios y se enamoró del mundo de la animación, se propuso demostrar de lo que era capaz y realizó un corto animado de 15 minutos durante dos años, fué tal el grado de dedicación que logró admirar a la división animada de la compañía del ratón. A sus 14 años ya era entrenado por el mismo Milt Kahl, uno de los 9 míticos directores de la Disney del cual aprendió algo muy importante y que lo practicó durante el resto de su vida: la disciplina.

En 1975 y con 18 años se graduó de la preparatoria y dedicó su tiempo en muchas cosas hasta ser becado por el estudio en la California Institute of Arts donde conoció a un joven muy cordial de nombre John Lasseter, ingresó a una vida profesional exigente en una industria que no era la misma desde hace mucho tiempo, y es que los 80s no tenían el romanticismo clásico de las viejas joyas infantiles que todos recordamos, aún así se dió modos de ser animador de la película ‘Anymalympics’ de Steven Lisberger, un film dentro de una serie que celebraba el deporte mediante unos simpáticos animalitos del zoológico.

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Entre perros y zorros

Dentro de Disney colaboró como animador de una película muy arriesgada: ‘El zorro y el sabueso’, un film que necesitó hasta tres directores y cerca de 5 años en realizarse hasta su debut en 1982; la bella y nostálgica historia del sabueso y del zorrito que se hacen amigos en un ambiente dominado por un marcado racismo provocado fué considerada como la película más ambiciosa y también la más cara hasta ese momento para la industria y entre sus muchos problemas se tuvo una fuga de animadores constante que hizo retrasar numerosas veces el proyecto (Con decirles que comenzó a elaborarse en 1977). Bird fué uno de ellos y con el dolor de su corazón dejó de trabajar para Disney.

Destino o no, pronto se vió en un proyecto opuesto y traumatizante con los mismos personajes recurrentes, pues se fué a trabajar de animador de un film tétrico y nada infantil llamado ‘The Plague Dogs’ (Martin Rosen, 1982). Considerado ahora un film de culto, contaba la historia de dos perros: Rowf y Snitter, que logran huir de la violencia animal y son perseguidos y maltratados por los crueles humanos. Seremos testigos de las injusticias, de un aire pesimista, de la amistad de un valiente zorro que les ayuda, de las expresiones de pánico y de terror impensables para una película animada, de escenas muy fuertes y de un oscuro final que hoy por hoy la convierten en una película impresionante. Triste, hoy es una joya de la animación y una obra de protesta que ahora envejece muy bien. Nuestro muchacho salía de esta triste pero potente experiencia y decidió siempre dar rasgos humanos nada infantiles y muy realistas en sus siguientes trabajos.

Pero seguía teniendo juventud y una serie animada sobre una familia amarilla de un pueblo llamado Springfield le llamaba para ser director.

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