Mashiro y Takagi han cruzado sus vidas con un interés común: el manga. La mayor industria gráfica del Japón y una fuente de su gran economía es la industria del manga, todos lo sabemos pero rara vez nos lo describían o se emitía mediante un animé: sus particularidades, complejidades, procedimientos y oscuridades.
Mashiro tuvo un tío que era un mangaka profesional (un dibujante de manga) que murió hace tiempo, el recuerdo de la vida de su tío es triste dada su prematura muerte, por su lado Takagi está fascinado con la literatura del manga, él descubre el talento dormido de Mashiro y le anima a crear un manga juntos (como guionista y dibujante respectivamente) para insertarse en el circuito comercial del manga juvenil del Japón. Tienen grandes y hermosos sueños, entre ellos el de publicar un manga que pueda convertirse en una serie animé antes que ambos cumplan los 18 años y de paso facilitar el sueño de Azuki, la chica de los sueños de Mashiro y a quien ofrecen el doblaje como seiyuu de su proyecto.
En Bakuman vemos un animé sincero y poco pretencioso, con un tratamiento justo en la comedia pero bien dirigida en el aspecto del crecimiento de los personajes, Mashiro y Takagi se trasladan a la vida del tío fallecido y trabajan día y noche por lograr su anhelo, descubren los problemas técnicos y espirituales de una profesión dura (como lo es en la realidad) y construyen una amistad basada en su propósito, todo ello mientras cursan el instituto; asimismo resalta la gran timidez de los personajes de Mashiro y Azuki, románticamente envueltos que deciden esperarse hasta concretar lo que se han propuesto.
Inició en octubre del 2010 y serán 25 episodios, volveré el 2011 a comentarles cómo nos fue con la serie.
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