domingo, mayo 13, 2012

Gary Ross; director de ‘Los Juegos del hambre’

 

SC_D23_05993

En una mayoría de las veces los grandes estudios recurren a la visión de un director para asegurar un tono artístico y comercial a la producción de una película. La elección de un buen o mal director es influyente a la hora de determinar el fracaso ó el éxito de una película y cuando ésta cuesta millones de dólares pues el riesgo asumido debe ser compensado con el profesionalismo de alguien enfrente. Los directores tienen una labor difícil y sin duda deben enfrentarse a varios cambios y revisiones a lo largo del rodaje; de su trabajo dependen todo un ejército de técnicos y artistas que esperan ofrecer un buen producto a la audiencia.

Existen muchas clasificaciones de directores, una de ellas y que es demasiado simple les suele dividir entre aquellos que hacen ‘cine de autor’ y los que hacen ‘cine de encargo’ y por supuesto que existen muchos que pueden dirigir films con ambas clasificaciones a la vez. Por ejemplo, las visiones particulares de un Fincher, de un Yimou ó de un Paul Thomas Anderson gusta a los críticos y requieren algo de digestión del público que tarde o temprano les termina aceptando y/o aclamando. Pero en el llamado ‘cine de encargo’ suele confiarse en primera instancia en el poder del guión y cuando éste proviene de una novela es irremediable la adaptación a un script que pueda ser llevado a la gran pantalla. Por ejemplo, un Mike Newell totalmente experto en los grupos juveniles y situaciones de protocolo como en ‘La sonrisa de Mona Lisa’ y ‘Cuatro bodas y un funeral’ es considerado por la WB para dirigir ‘Harry Potter y el cáliz de fuego’, lo demás es cruzar los dedos y esperar que el talento previo del director y por lo que le contrató también se reflejen en la nueva y más grande película.

Casos similares se ven todos los días: Paul Grengrass fué llamado a ‘United 93’ por su gran trabajo recreando el domingo sangriento de ‘Bloody sunday’ y Alfonso Cuarón fué contratado para ‘Harry Potter y el prisionero de Azkabán’ tras maravillar a todo el mundo con la historia de los adolescentes mexicanos que desbordan su sexualidad en ‘Y tu mamá también’. A lo que me voy y con ello le doy mucho mérito a Cuarón, es que usa uno de sus talentos en dirección que es el manejo de jóvenes actores para plasmar su propia visión en un terreno diferente y retador para ellos: Diego Luna y Gael García en una y Daniel Radcliffe y amigos en la otra. Existen fracasos? muchos y demasiados, ahora sólo recuerdo algunos muy frescos: Kenneth Branagh en ‘Thor’ tras su interesante ‘Hamlet’ ó Andrew Stanton en la pesada ‘John Carter’ tras la preciosa ‘Wall-E’.

Gary Ross pertenece al grupo de los directores por encargo, porqué? sólo realizó dos películas y ambas se relacionan con ‘Los juegos del hambre’.

 

‘Pleasentville’; el color de la inocencia

gary2

Gary a sus 32 años comenzó con su carrera ascendente en la industria cinematográfica con el guión de la cómica ‘Big’ (‘Quiero ser grande’, Penny Marshal, 1988) donde un muchacho llamado Tom Hanks se convertía de niño a joven por medio de un encantamiento mágico. Yo y mi hermano de infantes asistimos al cine Astor de nuestra ciudad (nunca terminaré de agradecer a ese gran hombre que es mi padre por introducirme en esto del cine) y me maravilló la historia que suponía el crecimiento mental y físico muy forzado de Josh. Tras este éxito Gary escribió guiones demasiado mediocres como la familiar ‘Mr. baseball’ ó el intento de rescate de ‘Lassie’ en 1994 así como guiones aclamados como ‘Dave’ (1993). Una carrera demasiado irregular.

Para 1998 tuvo el riesgo de dirigir a dos jóvenes con mucho potencial: Tobey Maguire y Reese Witherspoon como dos muchachos que por arte de magia llegan acabando en un show de televisión de los años 50s llamado Pleasentville. Tobey hace cartas de presentación en una historia típica del joven moderno en un entorno diferente y antiguo y los pocos méritos actorales de este film (que mal dirigida está esa gran actriz que es Joan Allen!) se compensan con una magnífica dirección de arte y una historia interesante. Tobey se traslada a este mundo como el joven Budd y junto con su hermana comienzan a cambiar la vida conservadora, llena de clichés y reglas que es la vida preprogramada de los personajes de televisión empujándoles a madurar de manera personal. Peca por abarcar demasiado añadiendo todos los temas típicos que fueron normales desde los 90s: sexualidad juvenil, atracciones fuera del matrimonio, literatura y arte rupturistas y la música. Una buena película pero que arrastraba un montaje con poco ritmo y un desenlace débil. Aún así logró 3 nominaciones al Oscar y presentó al mundo al Gary Ross director.

‘Seabiscuit’; tres almas que coinciden

El año 2003 Gary volvería a la dirección adaptando uno de los relatos más populares de Norteamérica: las hazañas deportivas de Seabiscuit, un caballo de carreras en los Estados Unidos de los años 30. Para semejante historia tanto la Universal como la Dreamworks encargan la producción, dirección y guión a Gary y le complacen con su elección de actores: Tobey Maguire como el joven jinete Red, Jeff Bridges como el magnate de autos Charles Howard y Chris Cooper como el cowboy Tom Smith. No nos olvidemos que Tobey ya era el reciente Peter Parker del ‘Spiderman’ de Sam Raimi y tanto Bridges como Cooper eran ya actores por demás consolidados.

gary1

Porque ‘Seabiscuit’ es la historia de tres vidas muy duras y con demasiadas tragedias en sus espaldas: Red surgiendo de la pobreza, Howard que vivió el desarme de su familia y Tom viviendo su soledad con los caballos. Una película deportiva que corrige el defecto anterior de Ross en un montaje inicial del film bastante emotivo: por tener que filmar tres historias cruzadas y luego juntarlas con emoción en ese motivo tan apasionante que es el deporte y todo lo que las carreras de caballos representen. Solvente en la fotografía y en la narración de lo que quiere contarse; ‘Seabiscuit’ es un avance muy importante para Ross aunque al no incluir un personaje antagónico de poder (como en ‘Pleasentville’)  la película queda como un bonito y correcto esfuerzo. Por eso sus siete nominaciones al Oscar y sus cero premios.

Especialista en dos relatos históricos, resultó extraño que le hayan puesto en la silla del director para ‘Los juegos del hambre’. Pero aquí se puede defender la posición de los productores por lo siguiente: el libro de Collins habla mucho sobre un país que ha reemplazado a los Estados Unidos en el futuro y la forma en que se han organizado, los ‘distritos’ recuerda mucho a los primeros ‘estados’ americanos. El mismo libro de Collins cuenta detalles que parecen de una historia de la antiguedad y es fácil suponer que el futuro distópico de ‘Los juegos del hambre’ marca una involución de sus gobernantes en vez de una evolución, por eso la novela rara vez alude a nuevas tecnologías y acentúa la barbarie y el espectáculo del poder. Las dos películas anteriores de Ross le acreditan una experiencia en los campos de la televisión influyente y las competiciones dramáticas, dos subtemas importantes en la película que tanto esperamos y aunque Gary no ha marcado un estilo propio hasta el momento (vuelve a dirigir después de 8 años) desearemos lo mejor para todos nosotros los fanáticos. Que la magia, las situaciones, los lugares y las emociones que hemos vivido junto a Katniss y Peeta en este primer libro ó al menos su esencia, se hayan conseguido en la versión cinematográfica.

 

Pronto en Bolivia, ‘los juegos del hambre’ aterrizarán.

Sigue el especial en el blog:

Josh Hutcherson siempre será ese muchachito
Los juegos del hombre: cine, entretenimiento y barbarie

No hay comentarios.: