“ Dónde se van…..??? …dónde se fué todo el mundo??? ”.- Rose
Llegó la hora de poner al film de Mark Rydell en su justo lugar. Filmada en 1979 y pobremente basada en la vida de Janis Joplin, la película protagonizada por Bette Midler y Alan Bates sorprende no por la calidad y el respeto con la que fué llevada al cine, sino por la cantidad de premios y elogios que recibió en su momento de la industria americana. Se los merecía? Pienso que no.
Cuentan las historias que la 20th Century Fox no pudo convencer al director de ‘Tommy’ Ken Russell para dirigir este esfuerzo, tampoco pudieron clonar completamente la vida de Janis Joplin en el personaje de Midler porque la familia de Joplin les desautorizó la mayoría de los acontecimientos que estaban en el guión además de no permitir que el nombre original del personaje de Bette que había en el script y que se llamaba Pearl (el apodo de Janis) fuese usado para la actriz. Hicieron bien pero eso no impidió que se siga el proyecto llevando sucesos deformes, mal encadenados y distorsionados en un producto sin propósito y con peor profundidad musical: basta ver que muchas cosas no encajan ahí.
Mary Rose Foster (‘Rose’) es una rockera hija de su tiempo, de ascendencia humilde y con unas ganas incontrolables de auto destrucción y de conducta poco social, consigue hacerse en el hueco de la música en los 60s. Debe lidiar con las presiones de su entorno y de su manager Rudge (Alan Bates), mientras su música intenta expresar sus sentimientos ocasionales. Si, parece toda una sinopsis de drama empero choca con un fuerte adversario: la propia puesta en escena, superficial, fría, abusando del primer plano, incoherente.
Los atuendos, las escenografías y la propia música no se adecúan ni por asomo a la historia, ver cantar a Rose una canción autocomplaciente como ‘When a man loves a woman’ mientras que la verdadera Janis cantaba cosas más crudas. Ver los atuendos de los 60s que parecen sacados de los vestuarios de los 80s, escuchar a Paul Rotchild (productor de los Doors) con canciones tan domesticadas y con esa falta de poder y rebeldía, todo ello no contribuye ni por asomo al film.
Pero lo que más duele es sin duda ver a Bette Midler, toda una grandiosa cantante pop ponerse en la piel y vincularse con el nombre de una cantante rock de la talla de Joplin. Si, quizás el film no hubiese sido relacionado con la figura de la rockera (es decir, si no se hubiera prestado la figura), si se hubiera vendido como un film con guión original y con pocos vínculos históricos, entonces estaríamos hablando de una buena película, quizás hasta de un film homenaje, pero no alcanza, es muy artificial y su intención comercial es demasiado evidente. Talvez por ello, sus 4 nominaciones al Oscar.
Algo para rescatar? bueno, quedó el soundtrack muy ochentero y la gran actuación de Frederic Forrest. Ahora se dice que sí se realizará un verdadero biopic de Janis, si se hace con el debido respeto y el tratamiento merecido de una época tan revolucionaria como los 60’s, pues enhora buena.
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