"...es...es este uno de tus sueños? Tetsuo?"Kaneda.
Julio de 1988 y las ocho corporaciones que habían desarrollado durante años el portentoso trabajo de llevar al cine el manga (inacabado) de Otomo estaban listos para lanzarlo al mundo del cine grande... desde ese día sin duda el cine de animación cambiaría.
La historia se concentra en dos muchachos: Kaneda y Tetsuo han sido compañeros huérfanos que aprendieron a sobrevivir juntos en la horrible realidad de una Tokyo devastada por la 3ra. guerra mundial y la bomba atómica caída a finales del siglo XX, la misma ciudad es una excusa de vida para sus habitantes quienes prefieren vivir sabiendo del engaño que es su vida mientras le confían la carga del presente y del futuro a los políticos quienes, vaya novedad, no son responsables. Akira es el nombre de uno de los tantos niños que fueron manipulados por la ambición del hombre por superarse y luego ser usado como herramienta de destrucción. En la tragedia que se nos cuenta Akira no desea esta vida y su inmenso poder debe ser reducido causando un infierno nuclear y finalmente quedando confinado en una forma espeluznante en las profundidades de la nueva ciudad de Tokyo.
El Akira (1988) de Katsuhiro Otomo es entre muchas cosas, una película fundacional, un film importante y un ícono de la cultura que se venía, era visionaria no sólo por el arribo de la generación X sino por la profundidad de los temas que trataba: el futuro pesimista, la irresponsabilidad de los políticos, la naturaleza que reniega del hombre y sus excesos tecnológicos y sobre todo, de la falta de respeto de la persona hacia la misma persona... y es que la obra de Otomo reflexiona, desde la óptica de la amistad en un grupo de pandilleros, sobre la vida y sus crudas verdades: la manipulación, la ambición y el poder, temas de esta obra maestra que al transcurrir los años sigue siendo el más reconocido en su género.
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